Cuando se trata de
gatos gordos de ficción, "Garfield", era el más famoso por su peso
regordete y su actitud de refunfuñón. Pero en la vida real, cuando te
encuentras con un gato de casi 15 kilos no es cosa de risa.
Cuando Buda fue al veterinario, se encontró con algunas órdenes
difíciles: bajar de peso o enfrentar un riesgo grave para su salud. WKRN,
afiliada de HLN, reporta que el felino corpulento fue rescatado del
Control Animal Metropolitano, donde había sido abandonado por los
propietarios que ya no querían cuidar de él.
Penny Adams, un voluntario de "The Cat Shoppe"
lo tomó. Ella cree que Buda pudo haber sido alimentado con comida para
humanos en lugar de la comida para gatos, debido a la forma en que
reacciona.
"Sabemos que la pasta es su comida favorita porque se vino donde
nosotros cuando tratábamos de comer nuestro almuerzo", dijo Adams.
Los médicos dieron a Buda una nueva rutina de ejercicios. Seguirá una
dieta estricta (Lo sentimos, Buda. Nada de rigatoni) y caminará en una
cinta especial para perder los kilos de más.
Los voluntarios están aceptando donaciones para Buda
con la esperanza de pagar por su cuidado médico y conseguir que él
tenga un peso saludable para que pueda ser adoptado por una familia
amorosa.
Fuente: CNN en español
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